martes, 5 de marzo de 2013

LA TEOTERAPIA Y LA IRRITABILIDAD

¿Quién no desea una vida fácil, sin problemas, libre de molestias e irritaciones? Pero cuando vienen los problemas y dificultades, no tenemos una perspectiva clara de cómo responder de una manera adecuada, y consecuentemente sentimos que todo a nuestro alrededor se derrumba.

Debemos entender que siempre vamos a tener problemas y molestias en nuestra vida, por eso, necesitamos aprender a reaccionar de una forma apropiada, ante cada situación.

· Reacciones incorrectas

-Golpear a los demás u ofender con palabras hirientes de menosprecio
-Defendernos: Generalmente cuando alguien nos acusa nuestra primera reacción es defendernos, buscando razones válidas que demuestren lo contrario
-Echarle la culpa a otros: Esta actitud forma parte de la naturaleza del ser humano
-Guardar el enojo en el corazón: Cuando se gurda el enojo, echa raíces que se pueden convertir en odio y amargura
-Ignorar voluntariamente lo que está pasando: Es cuando la persona no mira la dificultad como tal, se imagina una bella realidad, pero la situación es otra. No reconoce el problema

· Enfrentando situaciones irritantes

No podemos escapar de los problemas y situaciones que nos impacientan, no podemos controlar ciertos eventos en la naturaleza, en los demás y hasta en nosotros mismos. Las dificultades forman parte de la vida de todos los seres humanos; son fundamentales para que se forme nuestro carácter y se desarrolle nuestro potencial.
 
Lo primero que debemos hacer es reconocer si fuimos nosotros los que causamos la situación. Es decir, si hemos hecho algo inapropiado o incorrecto que desencadenó la situación y tratar de corregirlo.

Además, busquemos el propósito de Dios en cada dificultad. Es fácil tener paz cuando nada malo ocurre. Por tanto, Dios quiere que aprendamos a tener paz y gozo a pesar de las circunstancias incómodas.

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