lunes, 14 de enero de 2013

TRES INSTANCIAS EN LA RELACIÓN CON NUESTROS PADRES



Las situaciones dolorosas vividas en nuestros primeros años nos condicionan para resentirnos y decepcionarnos de los demás, hasta de las personas que más nos aman y que nos han dado pruebas de su amor.

También tendremos la tendencia hacia la desconfianza y la frialdad en nuestra relación con Dios. Por tanto, debemos disponernos para sanar las heridas causadas por esas experiencias con nuestros padres y así, lograr una correcta visión y relación con Dios.

Hacia nuestros padres podemos manifestar:

·         No honrar: Esto se presenta cuando manifestamos indiferencia hacia ellos y no les damos el lugar que les corresponde. De esta forma, podemos pensar primeramente en favorecer y halagar a nuestros amigos, más que a nuestros padres. Esto lo podemos ver en algunas personas que gastan una gran cantidad de dinero para regalar a los amigos en el día de sus cumpleaños, pero a los padres les regalan cualquier objeto insignificante, comprado de prisa y sin ningún interés por agradarlos

·         Deshonrar: Tiene que ver con una clara manifestación de odio y resentimiento, llevando una vida que los avergüenza. Todo lo que se hace lleva la intención de castigarlos. Dejamos ver nuestras desgracias para que ellos sufran y se sientan culpables

·         Honrar: Hace referencia al respeto, amor, obediencia, servicio y buen trato hacia ellos. Cuando valoramos a esas personas a través de las cuales se nos dio la vida, entonces podemos decir que se ha dado una importante sanidad en nuestro ser

¿Cómo logro aceptar, perdonar y amar a mis padres?
Cuando odio a mis padres, obviamente es por una causa poderosa, quizá abusaron de nosotros, nos lastimaron con sus desprecios, nos abandonaron, por lo cual, tenemos toda la razón en tener ese sentimiento de desprecio hacia ellos.

La medicina consiste en permitir que Dios penetre hasta las fibras más profundas de nuestro ser, aplicando su amor y consuelo, para descansar del peso del resentimiento, experimentando que poco a poco nuestras heridas se cierran y nuestra miseria y dolor van quedando atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario