En todas las etapas de la historia de la humanidad, el ser humano ha presentado desequilibrio; manifestándose éste a través de los múltiples conflictos que llevan a su propia destrucción.
Desde la Teoterapia consideramos que no es suficiente saber el origen de nuestros conflictos y no hacer nada al respecto. Precisamente, se conoce para actuar sobre una problemática cada vez más recurrente en el ser humano: las rivalidades absurdas o mal asumidas, la soledad, la depresión, la frustración, el suicidio, los homicidios, la violencia, el abuso y maltrato sexual. Estos son algunos de los muchos conflictos manifestados en nuestros tiempos, que nos está llevando paulatinamente al caos.
El sentimiento de inferioridad
Es el más grande de nuestros conflictos, es causado por el impacto del rechazo que recibimos al ser concebidos, al nacer o en cualquier momento de nuestra infancia y adolescencia, conlleva a comportamientos inexplicables para nosotros mismos. Tales comportamientos muchas veces desencadenan en tragedias familiares o sociales.
La causa del sentimiento de inferioridad también tiene su origen en el área espiritual, al no tener una clara conciencia sobre el valor de nuestra vida, y no entender nuestro protagonismo en medio de la creación. Así la vida de los seres humanos se despilfarra, se desvanece sin el sentido que nuestro Creador puso en nuestra efímera existencia.
La respuesta al sentimiento de inferioridad
El valor de nuestra vida tiene su esencia en el pensamiento de quien nos creó, así como una obra de arte es valiosa para el que la creó y diseñó; quienes al ser interrogados por el valor monetario de la misma, siempre responden “mi obra no tiene precio”.
El ser humano delante de su Creador si tiene precio, un altísimo valor, la misma vida de Dios.
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