lunes, 10 de diciembre de 2012

UNA TERAPIA LLAMADA PAPÁ



La familia es el ambiente natural imprescindible para todo ser humano, es el entorno vital para el normal y armonioso desarrollo físico, espiritual y psíquico de cada uno de nosotros.

En ese entorno existen dos seres que son determinantes en nuestra vida: papá y mamá. El amor y la aceptación que ellos nos dan, nos permite experimentar esa sensación de valía y seguridad.

Al venir a este mundo se pueden presentar situaciones agradables o desagradables, nuestros padres al saber de nuestra existencia pueden pensar: ¡Que desastre! ¡No quiero problemas ahora! ¡Quiero seguir mis planes! O también pueden decir: ¡Que felicidad! ¡Maravilloso, vamos a tener un hijo! ¡Preparemos todo para su llegada!

En el caso de quien es rechazado quedan unas profundas huellas de dolor, las cuales se manifestarán de diferentes maneras en su vida futura. En el caso de quien es aceptado por los padres se observarán señales de seguridad y confianza en si mismo (a).

¿Quiénes necesitan la terapia de Papá?
Pero no importa cuál haya sido la felicidad o infelicidad que produjo nuestra existencia, todos necesitamos al verdadero Papá, el que nunca nos dejará, el que nos ama y acepta tal como somos. Aquel que no espera otra cosa de nosotros, sino que nos dejemos amar y proteger por él.

¿Quién es nuestro Papá perfecto y completo?
No puede ser otro que Papá Dios, a quien Jesús vio y llamó “Abba Padre”.

Características del padre perfecto
Dios es nuestro padre perfecto porque:

·         Nunca nos deja solos
·         Perdona  todas nuestras ofensas hacia él
·         Nos da un sentido de vida
·         Nos ampara quitando la orfandad
·         Nos espera para disfrutar de su amor eternamente.

La mejor terapia  para nuestros conflictos y heridas es reconciliarnos con el amor de nuestro verdadero Padre: “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (Lucas 15)