El mundo de hoy está lleno de desafíos y alta competitividad, ante ello podemos sentirnos por debajo de las exigencias requeridas por nuestros padres, en la escuela, universidad o lugar de trabajo. Como consecuencia estamos expuestos a experimentar preocupaciones sobre nuestro desempeño; dudas al tomar decisiones, temor a enfrentar las demandas de vida.
Las preocupaciones son inherentes al ser humano, pero cuando se convierten en tema constante en las actividades diarias se bloquea nuestra participación en proyectos familiares y por consiguiente proyectos sociales de mayor trascendencia.
Consecuencias
- Nos refugiamos en actividades poco productivas
- Evadimos los desafíos
- Tenemos constante temor a equivocarnos
- Tomamos demasiado tiempo para decidir aún asuntos pequeños
- Vivimos angustiados por el futuro
Cómo afrontar la preocupación, las dudas y los temores
Cuando nos encontramos agobiados bajo el peso de nuestros temores, es necesario darnos la oportunidad de entregar nuestras cargas y descansar. Para ello se requiere renovar la mente y dejar atrás los esquemas mentales adquiridos, quizá durante muchos años.
Renovar la mente implica sacar los pensamientos de derrota, miedo y cambiarlos por pensamientos de victoria, generando la seguridad de un buen desempeño en la vida.
“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: …Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”
Cuando hemos perdido las ilusiones o nos sentimos cansados de luchar y derrotados, es tiempo de atender a este llamado y probar la veracidad de estas milenarias palabras; las cuales también han producido milenarios y sobrenaturales resultados.